Página 2 Editorial.

El Tolima ha perdido importancia a nivel nacional, con graves consecuencias para el desarrollo de la región y el bienestar de sus habitantes. La influencia en las grandes decisiones de estado se está perdiendo paulatinamente. Actualmente no tenemos representación en cargos a nivel ministerial o de importancia nacional. Por nuestra propia cuenta el número de Senadores es exiguo y la labor de los Representantes a la Cámara, seis en total, no tienen respaldo en esa corporación y las iniciativas que tramitan se truncan por esa razón.  No es necesario un profundo análisis para concluir lo que perdemos los tolimenses por no elegir los Senadores,
en forma  proporcional al número de personas aptas para votar. Para la elección de 2014 el potencial de sufragantes  fue   994.905 de los cuales tan solo 375.379 lo hicimos válidamente. Quiere decir que 619.526 no ejercieron su derecho a elegir. De los 375.379 tan solo 72.000 lo hicieron por candidatos del Tolima, o sea que, 673 mil votantes lo hicieron candidatos foráneos. Los principales beneficiados con esta hecatombe electoral del departamento, salvaron, muchos de ellos, sus curules con nuestros votos; recogieron sus maletas y se perdieron para regresar ahora faltando un par de meses antes de la elección  y repetirnos la dosis. Los pescadores furtivos ya prepararon a sus áulicos asalariados, para que repitan como loros que los del Tolima no servimos para nada y que ellos, los “candidatos golondrina” son la única salvación. Pues NÓ, el Tolima sigue siendo tierra firme, hombres y mujeres capaces de labrar su propio  futuro y de recuperar el espacio perdido. Escojamos un tolimense, el que cada uno quiera, no importa el partido, su condición, su género. TOLIMENSE VOTA TOLIMENSE…somos dueños de nuestro destina.